Temas por leer en esta sección

  1. ¿Por qué deberíamos ser aprendices de vida?
  2. Encontrar la paz en un mundo caótico
    1. ¿Quiere empezar a meditar pero no sabe por dónde empezar?
  3. Cerrar un ciclo en gratitud y abrir uno nuevo desde lo aprendido
  4. Pequeñas acciones con gran impacto ecológico
  5. Lo que me regalé en mi cumpleaños
  6. International Self-Care Day (24/07)
  7. “Esta persona podría morir hoy” – Ejercicio de meditación en gratitud
  8. Replanteándose el camino
  9. Salir de la trampa del perfeccionismo
  10. Regalarnos la oportunidad de descansar realmente
  11. Desmitificando el envejecer
  12. ¡Y volvemos a tener gatos!
  13. “Propósito”, el título de mi 2024
  14. Técnica Pomodoro – Una técnica de optimización del tiempo para incrementar nuestra productividad
  15. Ponerle actitud a la vida
  16. Día de la Tierra 2024
  17. El amor explicado en gatuno
  18. Desconectar para reconectar
  19. Caminatas de colores

¿Por qué deberíamos ser aprendices de vida?

En varias ocasiones de mi vida he tenido la fortuna de cruzarme con el Reiki, una técnica de sanación holística y práctica espiritual con 5 hermosos principios que he integrado a mis meditaciones diarias y me encantaría compartirles hoy.

El Reiki viene de la combinación de palabras japonesas que significa la energía de nuestra vitalidad; es la energía que fluye por medio de todo lo que tiene vida. Su objetivo es la canalización de esa energía vital para la armonización de la mente, el cuerpo y el espíritu, basándose en la imposición de manos sobre el cuerpo para transmitir esta energía. El gran maestro Mikao Usui, considerado fundador del reiki, afirmaba que el reiki no era invención suya, sino que era una práctica milenaria que descubrió a través de la iluminación durante un retiro espiritual en Japón. En 1922 empezó a enseñar los 5 principios a sus estudiantes, quienes los repetían al menos 1 vez al día, como su fuera un mantra u oración.

Estos 5 principios son: 1) Solo por hoy, no estaré enojado, 2) Solo por hoy, no estaré preocupado, 3) Ganaré la vida honestamente, 4) Respetaré la vida en todas sus formas, y 5) Demostraré gratitud a todas las cosas y seres vivientes.

Inicialmente los repetía antes de empezar mi día, y me fue útil, pero posteriormente aumenté la meditación a analizar cada día algo de mi presente y cómo aplicar cada principio en el aquí y el ahora. Si hacecmos un análisis más profundo de cada uno de los principios, podemos aportar grandes aprendizajes a nuestras vidas.

Solo por hoy, no estaré enojado

En cada persona que nos cruzamos encontraremos un maestro de algo que necesitamos aprender, así que podemos aprovechar la oportunidad o podemos enojarnos con él; siempre tenemos la elección. Muchas lecciones que llegan a nuestra vida no son las más placenteras; por ejemplo, algunas personas nos irritarán al principio, pero podemos elegir enojarnos con ellos o aprender paciencia (piénselo, por ejemplo, cada vez que estén en un trancón y al frente de ustedes justo esté el carro más lento).

Solo por hoy, no me preocuparé

Debemos entender que estamos donde debemos estar y somos importantes en donde estamos, pues estamos en el lugar y en el momento en el que podemos recolectar la mayor cantidad de lecciones para nuestras vidas. Alguna vez me dijeron “pre-ocuparte” no te sirve de nada, solo para nublarte la mente, más bien “ocúpate”; ¿qué puedo hacer para solucionar ese problema que tengo en mi mente? Recuerden que una respuesta válida también es soltar la preocupación, pues no todo lo podemos controlar en nuestras vidas más allá de enviar la mejor energía al universo para que las cosas se den de la mejor forma posible (incluso si esa forma no es la que yo, en mi Ego, deseaba).

Ganaré la vida honestamente

Honestidad con uno mismo significa que debemos reconocer a nuestro ser como único y maravilloso, y estar orgullosos de quienes somos. En nuestro trabajo y en nuestras relaciones (interpersonales y con nosotros mismos) la honestidad juega un papel central, que nos permitirá vivir realmente felices. Si estamos en un trabajo que no hacemos felices y desde el amor, no vamos a poder estar realmente en él de corazón. Como mi padre siempre me decía “aquel que trabaja en lo que no ama, es un desocupado”. Este es uno de los principios que creo que todos podemos aplicar en diferentes momentos de la vida, pues en nuestro recorrido vamos cambiando como el agua que recorre un río, y es por eso que de vez en cuando deberíamos sentarnos a pensar ¿estoy siendo feliz en lo que hago? Este principio también nos da la oportunidad de ser curiosos con la vida, de explorar nuevos talentos, de aprender nuevas cosas que queramos aportar en nuestras existencias.

Respetaré la vida en todas sus formas

Cada persona que se cruza en nuestro camino quiere enseñarnos algo. La vida es muy creativa para presentarnos diferentes situaciones hasta que aprendamos la lección que se nos quiere dar. Así que en vez de quejarnos por cosas como “en el trabajo siempre me explotan”, preguntémonos si la lección es que debemos aprender es a amarnos más a nosotros mismo para poner los límites sanos y darnos el espacio y tiempo personal que nos debemos en honor a nosotros mismo. Pero también debemos reconocer que nosotros también podemos ser maestros de esa persona con la que nos cruzamos, pues todos somos maestros y alumnos en momentos diferentes del recorrido, así que es importante ser amables con todo ser que nos crucemos, pues no sabemos las luchas internas que puedan estar librando en sus vidas. Nunca subestimemos el poder que puede tener una sonrisa y unas palabras amables.

Demostraré gratitud a todas las cosas y seres vivientes

Solo a través de la gratitud logramos atraer mayor abundancia a nuestra vida. Vivimos en un mundo materialista, centrado en gran medida en la “clasificación de las personas” basadas en sus bienes materiales, por lo que es bien frecuente ver a personas que piensan que “solo serán felices cuando logren tener x” (siendo esta x el carro último modelo, o el reloj más costoso, o el último modelo de iPhone, o una pareja, etc.), pero lo que no vemos, es que ese condicionamiento de la felicidad en objetos (o personas) externos a nosotros no nos traerá felicidad, pues se caerá en el círculo vicioso de desear siempre algo más o que consideramos mejor. Es por eso aprenciando la vida, lo afortunados que somos de tener lo que ya tenemos y ser quienes ya somos, es que nuestro nivel vibratorio se eleva y nos permite alcanzar mayor abundancia (no solo material, sino también espiritual).

 

El ejercicio que he estado realizando entonces es pensar en el día que tengo frente a mí, pensar en cada principio y aplicarlo a mi presente; ¿qué me tiene molesto/preocupado que quisiera soltar? ¿estoy siendo realmente feliz con mi trabajo, pareja o conmigo mismo? ¿cómo puedo ser amable con todos los seres que me rodean? ¿qué quisiera agradecer hoy?

Ya teniendo los principios claros, volvemos a la pregunta ¿por qué deberíamos ser aprendices de vida? La respuesta para mí es que vivir desde la mentalidad de aprendiz nos permite enriquecer nuestra vida de múltiples formas. Cada persona que nos cruzamos ha vivido experiencias diferentes a las nuestras y nos puede aportar algo nuevo. Y les recuerdo, la vida nos seguirá poniendo experiencias de múltiples formas creativas hasta que aprendamos la lección. Así que permanezcamos curiosos de la vida, que hay mucho por aprender, por desaprender y por reaprender.

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Bertha
hace 2 años

Realmente son vitales la respiración y la postura en un ambiente tranquilo. A mí me funciona y mi mantra es Dios me ama. Yo puedo

Bertha
hace 2 años

Que sencillos pero profundos son estos 5 concejos del Reiki. d
Desde hoy, me esforzaré por seguirlos
" VIviré desde la mentalidad de Aprendiz, que me permita enriquecer mi vida de múltiples formas" y termino con,
Hay mucho por Aprender Desaprender y Reaprender.

Encontrar la paz en un mundo caótico

En un mundo lleno de ruido y caos, donde la inmediatez nos ha obligado a estar “siempre conectados”, encontrar momentos de tranquilidad interior es realmente un privilegio. Para quienes aún no han empezado con este hábito, quiero compartirles razones por las que vale la pena hacerlo. 

La primera buena noticia es que la meditación es un hábito que se cultiva con el tiempo, que nadie nació aprendido en el tema y que todos podemos empezar a meditar. No se necesita quedar en ayuno prolongado meditando a ver si llega al Nirvana, sino que basta con empezar con pequeños espacios que usted se regale

La segunda buena noticia es que tiene grandes beneficios en términos de salud. Es una buena forma para reducir el estrés del día a día, incrementando el bienestar físico y emocional. También puede mejorar síntomas de varias condiciones médicas (como asma, cáncer, dolor crónico, depresión, psoriasis, ansiedad, dolores de cabeza tensionales, entre otras). Enfocarnos en el presente, en el ahora inmediato, nos permite manejar mejor la ansiedad y el estrés (usualmente asociadas a cosas que pasarán en un futuro), nos ayuda a reducir emociones negativas, mejorar el autoestima, incrementar la atención, creatividad, paciencia y tolerancia, mejora la calidad de sueño y permite un mejor control de algunas variables fisiológicas como lo son la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Lo mejor es que el efecto no dura solamente durante la sesión, sino por varias horas

Sabiendo algunos de sus beneficios, llegamos a la práctica. Y la meditación tiene opciones a la medida de cada uno de nosotros. 

  • La meditación guiada permite la visualización o imaginación, a través de la voz de una persona que va dirigiendo la sesión (personalmente me funciona mucho, especialmente en esos días que tengo todo un carrusel de pensamientos). 
  • La meditación con mantras (usualmente en sánscrito) usa la repetición (en voz alta o silencio) de sonidos que facilitan un estado de calma y relajación. Los mantras también pueden ser frases o palabras que queramos usar. Por ejemplo, yo les conté en otro momento que yo uso mucho los principios del Reiki como mantras para mis meditaciones. 
  • La meditación con mindfulness se basa en el estar presente en el aquí y el ahora, buscando un incremento de la consciencia de los sentidos y la experiencia (ej. ser consciente del flujo del aire al respirar, o de la sensación que tienen las partes de nuestro cuerpo contra el piso, la silla, etc.). 
  • Otro tipo de meditación viene de la medicina tradicional china y es el Qi gong, que combina la meditación y la relajación con el movimiento físico y ejercicios respiratorios para mantener el balance. 
  • Por esta misma línea está el Tai Chi, que no es solamente un tipo de arte marcial china, sino que también maneja secuencias de meditación con movimientos y posturas en un flujo lento y agraciado, acompasado con el respirar. 
  • Incluso el yoga, con sus series de posturas y ejercicios respiratorios promueve este estado de calma y relajación. 

Así que definitivamente se puede encontrar alguna forma que se ajuste a nuestra forma de ser. Todos estos tipos de meditación que les conté cuentan con elementos en común. La atención enfocada que permite liberar a la mente de distracciones, el control de la respiración para hacerlo acompasadamente (tengamos en cuenta que la respiración es la única variable fisiológica que podemos controlar a voluntad), una posición cómoda (sea estático o en movimiento, la idea es estar cómodo), una actitud abierta (dejar pasar los pensamientos sin juzgarlos, como si fueran nubes en el cielo de nuestra mente. Recuerden que no importa cuánta práctica se tenga, es normal que se aparezcan pensamientos durante la meditación, lo importante es dejarlo pasar y seguir en el ejercicio) y un lugar tranquilo donde se practica (especialmente al inicio es más fácil, después, con la práctica, se puede encontrar espacios de meditación incluso en lugares con mucho ruido externo). 

Lo mejor de esta práctica es que no hay una única manera de hacerlo correctamente. Se puede incluso mezclar diferentes opciones que les compartí antes, se pueden ajustar los tiempos a lo que necesite nuestro cuerpo, y se puede hacer tanto solo, como acompañado o incluso con ayuda de videos o aplicaciones. 

Regálese ese tiempo para usted, que mental y físicamente se lo agradecerá al usted del hoy el día de mañana. 

Bibliografía: 

Meditation: Take a stress-reduction break wherever you are - Mayo Clinic

10 Science-Backed Benefits Of Meditation – Forbes Health

5 mantras para meditar - La Mente es Maravillosa

¿Quiere empezar a meditar pero no sabe por dónde empezar?

Si quiere le propongo algunos ejercicios, y lo invito a tomarse hoy el tiempo para hacer al menos uno de estos. 

  1. Respire profundo y lentamente, concéntrese en el aire que entra, el recorrido que hace por su cuerpo. Imagínese que ese aire que entra lo nutre de energía positiva y que con cada exhalación usted está liberándose de emociones y pensamientos que ya no quiera tener en su ser. 
  2. Siéntese en un lugar tranquilo y escanee su cuerpo. Ponga atención a cada parte de su cuerpo, lentamente y de manera individual. Perciba cómo está sentado, qué siente cada parte de su cuerpo y concéntrese en relajarse y soltar la tensión y el dolor que pueda tener en su ser. 
  3. Repita un mantra (puede usar alguno de los del sánscrito o crear uno por su cuenta), esto le permitirá concentrarse en esa palabra y tener menos pensamientos intrusivos al meditar. 
    1. Algunos mantras que se usan frecuentemente son el om (vibración primordial, origen de todo lo que vemos, sentimos y nos envuelve), om ah hum (“yo soy eso”, permite limpiar el lugar donde se va a realizar la meditación), om tare tuttare (ayuda a concentrar la fuerza interior, ayuda en épocas de miedo o ansiedad), om namah shivaya (convoca el bienestar y la felicidad), y om mani padme hum (invoca la sabiduría esencial, usado mucho por los budistas). 
    2. Si usted va a crear un propio mantra, le recomiendo hacerlo en positivo, porque el “no” nos bloquea. Con esto quiero decir que no diga cosas que incluya la palabra no; en vez de decir “no estoy enfermo” diga “estoy sano”. 
  4. Camine (sin prisas) mientras medita. Aproveche una pausa activa de su día para conectar con la naturaleza
  5. Lea y reflexione. Aproveche un libro de esos que transforman la vida, que lo ponen a pensar para meditar en lo que está leyendo, en interiorizar ese mensaje que le está dando. 
  6. Haga una actividad que le guste (desde bañarse, comer, leer, pintar, cantar), pero hágalo a consciencia, esté 100% presente en su actividad, no se deje distraer por el celular o por otros factores externos. 

Cuénteme si hizo alguno de los ejercicios, si le gustó, o incluso si practica con frecuencia la meditación, puede compartir recomendaciones para quienes quieren incursionar en este maravilloso mundo. 

 

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Cerrar un ciclo en gratitud y abrir uno nuevo desde lo aprendido

He aprendido que, para poder abrir un nuevo ciclo, debemos cerrar el ciclo previo de una forma adecuada; agradeciendo por las enseñanzas, aprendiendo de las lecciones y añadiendo nuevos aspectos al mapa de retazos que conforman nuestra personalidad y carácter. Sin importar el ciclo que queramos cerrar (laboral, amoroso, entre otros), aprovechemos la oportunidad para reflexionar, pues las lecciones que no sean aprendidas la vida seguramente nos las pondrá nuevamente en el camino. Por ejemplo, en vez de preguntarnos ¿por qué siempre terminamos con este tipo de personas en relaciones amorosas?, reflexionemos qué lección podemos aprender para poder cerrar ese ciclo, ¿qué tal que ese tipo de personas nos están mostrando que primero debemos aprender a establecer límites sanos amándonos a nosotros primero antes que al otro?

Les invito a hacer un ejercicio. Tomemos una hoja, dividámosla por la mitad con un lápiz y escribamos en la parte superior izquierda “Quiero agradecer” y en la parte superior derecha “Quiero llevarme de aprendizaje”, y sentémonos en silencio y reflexionemos a consciencia estas dos frases.

(Les compartiré el ejercicio que yo hice hace poco cuando cambié de trabajo. Ha sido el segundo cambio que hago desde hace menos de 2 años, y por eso quería cerrar bien el ciclo, con la ilusión de que en esta ocasión llegue al trabajo que deseo en mi vida).

Ya una vez nos hemos tomado el tiempo para reflexionar, podemos guardar esta hoja y revisarla en un futuro qué tanto seguimos aplicando las enseñanzas.

Ahora que se ha cerrado el ciclo, es importante abrir el nuevo ciclo adecuadamente, para atraer lo que deseamos que llegue a nuestra vida, dirigiendo nuestra energía a este objetivo.

Un ejercicio que les invito hacer aquí es coger otra hoja, dividirla en 4 y escribir en la parte superior izquierda “No quiero más en mi vida”, en la parte superior derecha “para eso debo…” y en la parte inferior izquierda “Quiero más en mi vida…” y en la inferior derecha “Para eso debo…”.

(Les comparto el ejercicio que yo apliqué para abrir este nuevo ciclo laboral)

Con esa lista podemos ver el camino que deseamos seguir, y los cambios que debemos tener en nuestro ser para lograrlo. Saber que lo único que se puede controlar es lo que hagamos, cómo reaccionemos, y cómo actuemos personalmente, nos permite soltar la sensación de víctimas y de que las cosas nos pasan, para poder tomar control sobre nuestras propias vidas y generar los cambios que deseamos ver en ellas.

Con esto no quiero decir que sólo con nuestra voluntad ya todo será color rosa, pues en la vida llegan las lecciones que necesitamos para ser una mejor versión nuestra. Soy consciente que hay momentos en los que pueden llegar alguna calamidad a nuestras vidas, sin embargo, como decía Viktor Frankl (sobreviviente del holocausto) en su libro El hombre en busca de sentido “las circunstancias externas pueden despojarnos de todo, menos de una cosa: la libertad de elegir cómo responder a esas circunstancias”.

 

Con esa nueva hoja en mano, aprovechemos para tomarnos un tiempo, a solas, sin distracciones, prendamos una vela y meditemos sobre lo que reflejó nuestro corazón en estas hojas. Permitámonos sentir gratitud por la sabiduría que está fluyendo en nuestras mentes, por los sueños tenemos, por los logros que hemos tenido, por lo que hemos vivido y lo que soñamos vivir. Seamos la fuente creadora en nuestras vidas, desde la gratitud y podremos ver cómo todo se expande.

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Bertha
hace 2 años

Que super ejercicio Hare lo propio Tengo tanto por agradecer y cierto tambien cerrar ciclos

Plazas Andrea
hace 2 años

Siempre dejas un mensaje increíble… a veces nos cuesta mucho entender que todo nos deja aprendizajes. Gracias por dejarnos enseñanzas, y sobre todo tareas para trabajar en nosotros mismos

Pequeñas acciones con gran impacto ecológico

Hay ciertos días del año que nos hacen concientizar sobre la importancia que tiene el cuidar de nuestro planeta, y hace poco fue uno de éstos, El Día de la Tierra (22 de abril). Es natural que en ese día se hagan comerciales, se suban fotos, se escriban textos bonitos sobre las acciones que deberíamos hacer todos para cuidar el único planeta en el que – hasta ahora – podemos habitar. Muchas veces son videos dolorosos mostrándonos todo el daño medioambiental que generamos los seres humanos y cómo los demás seres vivos sufren por “nuestro bienestar, gusto y conveniencia”. Pero como muchas fechas importantes, a los pocos días son olvidadas y el mensaje queda en el limbo.

Cada vez se ha despertado más consciencia sobre las pequeñas acciones que podemos hacer nosotros para ayudar al planeta. Claro está, que muchos pensarán que estas acciones son tan pequeñas que no se notará el cambio, pero si todos las aplicáramos, se demostraría que la colaboración a gran escala humana es la que ha hecho los grandes cambios en la humanidad (para bien y para mal). Sí, soy consciente que hay responsabilidades que deberían ajustarse según el impacto que se genere; por ejemplo, el impacto que generan los millonarios viajando en su avión privado no es el mismo que generamos los “simples mortales” cuando vamos en un avión comercial.

Pero volviendo a las acciones realmente realizables, les traigo hoy 15 consejos, que podemos ir aplicando progresivamente, para que poco a poco se vayan volviendo hábitos. En la lista tal vez encuentren acciones que ustedes ya implementan y les parecen ya “normales”. Si es así, ¡les felicito, ya están siendo parte del cambio!

1. Disminuyamos el plástico de un solo uso

Concientizarnos de acciones pequeñas como llevar nuestra propia botella reutilizable, nuestra “coquita del almuerzo” y bolsas de tela reutilizables en nuestra maleta, disminuye la cantidad de plástico que utilizamos. O bien, si tenemos alguna cosa de plástico, busquemos darle más vida reutilizándola (sea para lo mismo que originalmente se usó, o para alguna otra cosa creativa).

2. Reduzcamos el consumo de proteínas animales

No es necesario que de la noche a la mañana dejemos por siempre de consumir todas las proteínas animales, pero sí podemos generar un cambio si empezamos reduciendo nuestro consumo; podemos intercalar, podemos suplementar nutrientes que nos dan las proteínas animales en otros alimentos, podemos a fin de cuentas enriquecer nuestra alacena y nevera con más alimentos.

3. No nos dejemos llevar por la onda “fast fashion”

Esta tendencia que se ha generado en los últimos años incentiva a una compra más frecuente de ropa por 1) sus bajos precios y 2) su poca durabilidad. Pero si nos ponemos a reflexionar sobre el costo por uso que tienen realmente estas prendas, veremos que es mucho más costoso, y no solo eso, sino que esta tendencia de desecho rápido de ropa es una de las mayores contribuyentes de contaminación. Una opción es ir a las tiendas de segunda mano y escoger los productos que valgan la pena y nos gusten. Otra opción es una que hemos vivido algunas culturas, en las que crecemos con tradiciones familiares como “heredar ropa”, “tener ropa mucho más grande para que nos rinda hasta que crezcamos”, “remendar las prendas” y “cortar la ropa vieja para hacer trapitos de limpieza”.

4. Toda compra que realicemos hagámosla de forma consciente

Cuando se empieza con la tendencia “medioambientalista” es usual querer comprar todas las cosas bonitas promocionadas por Instagram para demostrar nuestro compromiso con la causa, pero esto es caer en el mismo círculo de consumismo. Así que empecemos utilizando esas cosas que tenemos en nuestra casa para darles una segunda vida útil.

Otro impacto que podemos generar es con les niñes. Usualmente se les compran montones de juguetes y de ropa, que muchas veces ni usan tantas veces como valdría la pena. Así que procuremos enseñarles a vivir felices con menos cosas y demos ejemplo con regalos conscientes.

5. Utilicemos productos de higiene femenina reutilizables

Desde toallas reutilizables hasta copitas menstruales, hay varias opciones reutilizables que se pueden ajustar a los gustos de cada persona menstruante. (Pueden ver info al respecto en el texto que publiqué sobre Higiene femenina ecológica y sostenible en Jardín de Violetas)

6. Proyecto librería ambulantes

En Alemania he visto hermosas estanterías de vidrio en la calle con libros que la gente deja voluntariamente para que otra persona pueda tomarlos (gratis) y aprovecharlos.

7. Busquemos tiendas que vendan “sin empaques” o zero waste

Acostumbrémonos a buscar los mercados que vendan sus productos sin empaquetarlos todos, que nos permitan llevar nuestros empaques y que nos vendan por peso sus productos (ej. pasta, arroz, granos, nueces, etc.). Llevemos nuestras bolsitas reutilizables para poder empacar las frutas y verduras manualmente en el mercado.

Hablando de comida, aprovechemos para comprar local, que no sólo apoya a los campesinos que tan arduamente trabajan para vender sus productos en los mercados, sino que se reduce toda la contaminación medioambiental que implica el transporte masivo de alimentos extranjeros.

8. Ahorremos agua

Mientras nos enjabonamos en la ducha, nos lavamos los dientes, enjabonamos los platos del lavaplatos; todos son momentos en los que no necesitamos que el agua siga corriendo. Serán tal vez pequeños momentos, pero a largo plazo, hacen el impacto.

Hablando de agua, una buena recomendación es disminuir el tiempo en el que nos duchamos, y recolectar el agua que no usamos (usualmente mientras se calienta) en un balde para reutilizarla en otras cosas de la casa (como limpieza).

Otros trucos caseros que podemos aplicar. En caso de tener un jardín, es recomendable regarlo por la mañana bien temprano o al atardecer, pues evitará que hasta un 30% del agua se evapore por el calor cuando el sol está alto.

9. Ahorremos luz

Acostumbrémonos a apagar las luces que no estemos utilizando; no es necesario tener todas las luces de la casa prendidas cuando estamos en sólo una habitación. Adicionalmente, procuremos comprar bombillos de bajo consumo y luces LED, que pueda que a veces sean un poco más costosos, pero su bajo consumo hace que a largo plazo terminemos bajando nuestra cuenta en servicios.

10. Separemos la basura y compostemos

Cada vez se están estableciendo más políticas locales de separación de basura, incentivando a las personas a dividir en “reutilizables” y “orgánicos”. Pero siempre se puede mejorar un poco más, como separar vidrio, cartón, plástico y desechos orgánicos. Incluso podemos ir un paso más allá y empezar a hacer compostaje. En Bogotá existe una empresa (que me encanta) y se llama “Más Compost, Menos Basura”, que recoge semanalmente los residuos compostables en baldes que ellos mismos les dan a los usuarios, y el abono orgánico resultante se lo entrega a los campesinos colombianos para que puedan usarlos en sus campos. Adicionalmente cada cierto tiempo retorna a uno el impacto con ciertos productos del campo a nuestras mesas.

Con respecto a la basura, es importante que no botemos basura en la calle. A pesar de que suene lógico, es una forma sencilla de evitar que esta basura llegue a contaminar el mar.

Reciclar baterías y electrodomésticos depositándola primero en contenedores especiales y adicionales buscar puntos que gestionan su reciclaje adecuado.

11. Disminuyamos el termostato

En países con estaciones es usual que a medida que se van disminuyendo las temperaturas, se eleven los estándares del termostato para que la temperatura dentro de los hogares se mantenga “agradable”. Pero una ayuda que le podemos dar al planeta es disminuir el rango que le ponemos al termostato. Para las personas friolentas (como yo) podemos aprovechar la oportunidad para arruncharnos con un chocolatico caliente entre las cobijas.

12. Procuremos disminuir la temperatura de nuestra lavadora

Muchas lavadoras vienen ya pre-programadas con ciertas temperaturas, pero lo benéfico del agua fría es que no altera el tejido, color, elasticidad y calidad de las prendas. Así que en vez de ir en automático y presionar el start de una, podemos disminuir la temperatura al lavar.

13. Utilizar conscientemente los medios de transporte

En un mundo ideal, todos viviríamos cerca a nuestros trabajos/lugares de estudio, permitiéndonos usar las opciones de ir caminando o en bicicleta, que sería un impacto positivo para el mundo y nuestra salud. Pero soy consciente que esa puede no ser la opción realista para todos. Así que otra forma de ayudar sería disminuir el uso de medios de transporte solos; podemos aprovechar el transporte masivo o podemos hacer ruta y recoger a otros colegas para usar más personas ese mismo medio de transporte.

14. Desenchufemos los cargadores

Si no estamos usando un cargador (de celular, computador, etc.) o cable de utensilios, podemos desenchufarlos y nos estaremos ahorrando cerca del 10% del consumo mensual de electricidad de nuestros hogares.

15. Plantar árboles y tener tu propia huerta

Este puede ser el proyecto “más ambicioso” de la lista que les planteo, pero podemos plantearnos buscar espacios para devolverle al planeta un poco de lo que nos da y dejar al mundo más verde, poniéndonos metas inicialmente pequeñas como “plantar un árbol al mes”. Existen organizaciones en la mayoría de los países que le permiten a uno plantar un árbol o que lo plantan cuando uno hace alguna donación o compra.

Algunas personas incluso tienen la posibilidad de plantar algunos productos y hacer su propia huerta. En algunos lugares será más difícil, pero saber el cómo se cultivan las cosas que comemos nos podría servir para comer más saludable y con menos productos tóxicos. He visto algunas opciones sencillas para empezar, así que puede ser un nuevo proyecto que podamos hacer y con la práctica ir ampliando.

Son muchas las cosas que podemos hacer y la lista siempre se puede ir incrementando, pero podemos empezar con pequeñas acciones e ir sumando cada cierto tiempo una acción más hasta que todo se vuelva parte de nuestro estilo de vida. Y ustedes ¿qué acción adicionarían a la lista?

 

Bibliografía:

7 formas sencillas para proteger el medio ambiente | Dirección General @prende.mx | Gobierno | gob.mx (www.gob.mx)

Cómo cuidar el medio ambiente - 10 acciones y consejos (ecologiaverde.com)

Acciones para cuidar el medio ambiente en casa | eACNUR

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Lo que me regalé en mi cumpleaños

Mi cumpleaños siempre ha sido una fecha muy importante para mí; me encanta celebrar en familia y con mis amigos, y aprovecho que cumplo el 26 de diciembre para celebrar todo el mes. Siempre he considerado que la compañía de las personas que amo vale más que los regalos materiales, aunque claro, también me encantan los detalles bien pensados. Para mi cumpleaños que acaba de pasar (#28) decidí seguir el consejo de una amiga y darme un regalo a mí misma; “Las (#inserte edad aquí) cosas nuevas que quiero hacer para mi cumpleaños”. Se trata de una lista de 28 cosas nuevas que quiero hacer durante este año (hasta antes de cumplir años nuevamente). La lista puede ser tan variada se lo imagine; desde lugares nuevos que se quiera conocer, recetas nuevas que se quieran probar, nuevos hobbies a aprender, libros que quiera leer, entre otros.

Hoy solo pasaba a recordarles que es bueno darnos regalos de vez en cuando, y este regalo me encantó porque nos saca de nuestra zona de confort, imaginándonos cosas nuevas a probar. Piensen en las metas que les gustaría plantearse para este año y regálense la oportunidad de cumplir nuevos sueños. Nunca es tarde para aprender nuevas cosas.

Mi lista sigue en progreso, ya tengo varias cosas en la lista, pero todavía he dejado algunos espacios en blanco para añadir a la lista alguna nueva aventura que quiera regalarme. Les comparto algunas de las cosas que puse en mi lista y ya he estado haciendo… tal vez los inspire. Verán que muchas veces son los detalles pequeños los que nos pueden traer mayor felicidad.

      28 cosas nuevas que me quiero regalar

      1. Crear mi blog

      Aprendiz de vida me ha dado la oportunidad de expresar ideas sobre temas que han llamado la atención, explorar sobre aquello que me gustaría aprender y me ha dado un espacio fuera de mi profesión para seguir aprendiendo día a día.

        2. Cerámica

        Quería hacer un curso de cerámica, pues siempre me han gustado las manualidades y siento que son una posibilidad de hacer un ejercicio de mindfulness. Aproveché, hace poco que estuve en mi país, la oportunidad para hacer plan con mi hermana y mi mamá, y fue un gran momento para compartir y tener un espacio creativo entre las tres. Me encantó la experiencia y buscaré un espacio para aprender más en donde vivo.

        3. Curso de pintura/Pintar un cuadro

        Estoy estrenando apartamento nuevo y quería aprovechar la oportunidad para decorarlo con algo que hubiera hecho yo, así que quería hacer un curso de pintura, o al menos empezar pintando un cuadro para la casa. Así que, cuando estuve en Bogotá, cuadré un plan poco tradicional con algunas amigas del colegio. Fue muy agradable reencontrarnos, poder charlar y comer agradable mientras cada una pintaba su propio cuadro. Fue un espacio en el que descubrimos que cada persona tiene la oportunidad de crear algo maravilloso.

        4. Meditar y hacer pilates mínimo 3 veces a la semana durante mínimo 3 meses seguidos

        Como les conté hace unas semanas, la meditación me ha traído la oportunidad de aislarme del ruido exterior y encontrar herramientas para llevar una vida más equilibrada. No soy ninguna experta, pero eso es lo maravilloso de la vida; siempre tenemos la oportunidad de seguir aprendiendo y mejorando. Por otro lado, he encontrado en pilates una oportunidad hacer ejercicio desde mi casa, y de una forma relajada ir mejorando en fortaleza y flexibilidad.

        5. Curso de medicina del deporte

        Acabo de regresar de mi primer curso de medicina del deporte. Fue una excelente inversión en mi formación profesional. Siento que es importante ir construyendo la vida que nos soñamos de a pasitos, y desde hace rato soñaba con el poder mezclar mi profesión con un hobby que me encanta; el deporte. Aprendí sobres temas variados y muy interesantes, quedando motivada a seguir capacitándome para poder incluir lo aprendido tanto en mi vida profesional como personal. Por otro lado, ha sido el curso más entretenido al que he ido, pues además de las capacitaciones teóricas, diariamente hacíamos 3 horas de ejercicio, aprendiendo sobre diferentes disciplinas deportivas que podíamos elegir.

        Esos son solo 5 ejemplos de la lista que he creado, que es más larga, pero pueden ver que son ejemplos sencillos, que nos llenan el alma y que nos permiten ponernos metas nuevas en cualquier momento de la vida.

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        Bertha
        hace 2 años

        Que super plan de cumple, hacer lista para el año siguiente. Gracias pir motivarnos a hacerlo.

        International Self-Care Day

        Hoy, 24 de julio (mes 7), se celebra el día internacional del autocuidado. Se eligió esta fecha pues quiere hacer énfasis en que debemos cuidarnos las 24 horas, los 7 días de la semana. El autocuidado se puede ver de muchas formas, pero en general son esas acciones que nos ayudan a recargarnos de energía, sentirnos mejor con nosotres mismes, cuidar de nuestra salud mental y física y nos permiten tener una vida equilibrada, armoniosa y feliz.

        Hoy la invitación es a que hagan una lista de esas cosas que les ayuda a estar mejor y se regalen al menos una acción de autocuidado, pues sólo estando bien nosotres, podremos brindar nuestra mejor versión al mundo.

        Las opciones son diversas, pero algunas ideas de las que se pueden inspirar incluyen:

        Leer un buen libro

        Escuchar nuestra música favorita

        Bailar 

        Cantar

        Cocinar nuestra comida favorita / Ir a nuestro restaurante favorito

        Comernos un buen postre

        Caminar y entrar en contacto con la naturaleza

        Pasar tiempo de calidad con quienes amamos

        Practicar algún deporte

        Masajes / Spa

        Jugar nuestro juego de mesa / videojuego favorito

        Tomar una buena taza de café

        Hacer pereza un ratico más largo en la cama

         

        Y ustedes, ¿cómo van a promover su autocuidado a partir de hoy?

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        “Esta persona podría morir hoy” – Ejercicio de meditación en gratitud

        Hace poco hice un ejercicio de meditación que me dejó pensativa y me gustaría compartirles.

        A diario interactuamos a diferentes niveles con diferentes personas, sea caminando en la calle, hablando por teléfono, en una conversación en el pasillo o en pausas del trabajo, o incluso en la misma cotidianeidad de nuestra rutina hogareña. Pero ¿cuántas veces reflexionamos sobre el hecho de que “esa persona podría morir hoy”? Nunca sabremos si esa podría ser la última interacción que tendremos con una persona hasta que nos la volvamos a cruzar. Si hacemos esta reflexión, ¿cambiaría la forma en la que interactuamos con quienes nos rodean?

        Aunque para algunos este tinte de muerte suene deprimente, el descubrimiento de la mortalidad propia y de los demás, nos hace comportarnos de una forma diferente, pues aprendemos a aprovechar cada encuentro como si fuera el último. Nadie quiere quedar con la mala consciencia de que la última conversación que tuvo con un ser querido fue de pelea, con palabras que realmente no pensamos de ellos y de las que luego nos arrepentiremos. Así que escuchemos de verdad a quienes nos rodean, pues muchas veces con quienes más nos vemos es a quienes más tendemos a medio escuchar, y tendemos a distraernos con cualquier otra cosa que “hay que hacer”. Aprovechemos para generar conexión, empatía, y espacios de comunicación verdaderos. También aprovechemos para decirle al otro lo importante que es en nuestras vidas, las características que admiramos de su personalidad, y siempre estemos dispuestos a regalar una sonrisa, unas palabras amables y una buena conversación a quien está a nuestro alrededor.

        Y el otro lado de la moneda está en que no solo es esa otra persona la que podría morir, sino que concientizarnos de nuestra propia mortalidad nos puede hacer cambiar la perspectiva y la forma en la que interactuamos con quienes nos rodean y con nuestro ambiente. Si supiéramos que pronto vamos a morir, ¿nos tomaríamos el tiempo de disfrutar el café de la mañana, la brisa al caminar, el sol que cae desde nuestra ventana, el olor de un libro nuevo, el sabor de ese alimento que estamos consumiendo, de los sonidos de la naturaleza, y todo lo demás que nos rodea? Justamente ese hecho de no saber cuándo vamos a morir nos debería concientizar de la importancia que tienen los pequeños detalles. Frenar en este mundo frenético para dedicarnos un tiempo para nuestra salud física y mental, para cultivar relaciones interpersonales realmente sanas y para disfrutar de este ratico de vida que se nos regaló.

        Les invito a sacar un espacio esta semana para meditar esta pregunta, para llenarnos de atención y empatía y a disfrutar la vida con la perspectiva que tiene quien puede morir en cualquier momento; disfrutando los pequeños detalles como si fueran los mayores regalos del universo.

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        Bertha
        hace 2 años

        Que reflexion tan oportuna, me lleva a mantener una sonrisa y una palabra amable para cada uno de los seres con quirenes interactuamos a diario y ser indulgente conmigo misma.

        Replanteándonos el camino

        En charlas en los últimos meses he visto, algo sorprendida, que varias personas de mi generación se han planteado, al menos una vez, la pregunta “¿debería seguir haciendo lo que estoy haciendo/ejerciendo mi profesión?”. Y digo sorprendida, porque yo también me lo he planteado varias veces. Pensé que lo mío era cosa de la pandemia, que después de haber sido primera línea como médico en la pandemia era normal estar replanteándome la vida. Pero al ver que esto se presenta en otras profesiones, tal vez el fenómeno puede ser más grande que sólo la tragedia mundial del COVID.

        Siento que la presión social que se pone a las personas que están saliendo del colegio y deseando entrar a la universidad es inmensa. Recuerdo que era un tema estresante para muchos esa pregunta de “¿qué quieres ser de grande?”, “¿qué carrera vas a estudiar y en qué universidad?”. Es una decisión muy grande, especialmente bajo la creencia de “es una decisión que va a ser importante para el resto de tu vida”.

        ¿Qué pasaría si, en vez de verlo como la decisión final, pasáramos a verlo como la decisión de lo que quiero hacer en ese momento de la vida, que me permitirá adquirir herramientas a futuro, pero que si decido cambiar de decisión y aprender algo más, es perfectamente válido?

        Durante la vida nos vamos transformando, nuestros intereses van cambiando, nuestras creencias se van ajustando, así que, ¿por qué deberíamos estar convencidos que la decisión que tomamos antes de los 20 años no va a ser replanteada años después?

        El aprendizaje es una de las mejores cosas de vivir, y la vida no nos alcanzará para saber absolutamente todo ni todo a la absoluta perfección. Las herramientas que vamos adquiriendo en el camino nos pueden ser útiles a futuro, así no estemos ejerciendo la profesión de la forma tradicional o que estemos ejerciendo algo completamente diferente.

        Es darnos la oportunidad de seguir a nuestro corazón en aquello que quiere aprender. No pensar que se tomó una decisión errónea, pues ese “hubiera” no existe. Si se retrocediera el tiempo, tomaríamos la misma decisión que tomamos previamente, pues contaríamos con exactamente la misma información que contabamos en ese momento.

        Con el aumento de la expectativa de vida es normal que estemos un alto tiempo siendo productivos, así que, aprovechemos el tiempo que se nos da para seguir maravillándonos con el mundo, con las diferentes cosas por aprender, con la vida misma.

        No significa que tengamos que “botar la casa por la ventana” y desechar todo lo que hemos sido previamente para hacer un cambio de 180° repentinamente. El cambio puede ser progresivo, en forma de hobby que cada vez va incrementando, y que pueda que se vuelva más significativo con el tiempo.

        Para las personas que se están enfrentando a “la decisión que definirá sus vidas escogiendo la carrera que ejercerán para siempre”, les recomiendo no tomarse la vida tan enserio, que con los años pueda que cambien de gustos. Aprendan lo que les gusta, no se dejen sacar sus sueños de la mente por motivos como “eso no da plata”, “esa carrera no tiene futuro” o “no tienes talento para eso”.

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        Bertha
        hace 2 años

        Todos los conocimientos y aprendizajes que vamos adquiriendo van completando nuestra esencia misma

        Salir de la trampa del perfeccionismo

        Muchas personas crecimos con el mensaje de que el éxito de la vida depende de ser perfect@s en lo que hacemos en todo momento de nuestra existencia. El capitalismo ha sido estratégicamente ingenioso al darle el valor máximo al ser humano en su productividad y capacidad de ser feliz; conceptos que mezcla para lograr meternos en una rueda de hámster en una búsqueda de superarnos cada día anhelando siempre esa tan deseada perfección; en términos laborales, económicos, familiares, amorosos, estéticos, de salud, etc. El problema de este perfeccionismo es que no está orientado a una satisfacción propia, sino a la validación y reconocimiento externos. El objetivo es siempre ser mejores que l@s demás, exhibiendo cada cosa que se considera un logro para que l@s demás puedan apreciar cuánto nos vamos superando.

         

        Todo esto ha conllevado a niveles cada vez más elevados de ansiedad y depresión en la sociedad, pues la trampa del perfeccionismo reside en establecer expectativas tan imposibles de cumplir, que cualquiera se frustraría al no lograrlo, y se basa en convencernos que cometer errores es inaceptable.  La presión que llevamos dentro para ser perfect@s nos hace olvidar que errar es de humanos, y que son esas decisiones imperfectas las que muchas veces nos enseñan a tomar cada vez mejores decisiones.

         

        El perfeccionismo paraliza, pues nos hace pensar que todo debe salir sin defectos desde el primer intento. Pero si esperamos a que todo sea perfecto incluso antes de siquiera hacerlo, nos quedaremos esperando toda la vida a hacerlo. Hay un gran valle de grises entre lo bueno/perfecto y lo malo/imperfecto, que el cerrarnos en ese mundo binario solamente nos enceguece a ver la maravillosa diversidad en medio. Y el éxito puede encontrarse justamente en este valle de grises, pues éste tiene el tono que cada persona le quiera dar, y es válido que no se vea como el de otras personas.

         

        Si mezclamos ese estándar de perfección con el contenido que solemos tener en nuestras redes sociales, llenas de personas famosas, adineradas, guapísimas y con muchos más logros que nosotros, tenemos mayor frustración que sumar a la ya acumulada previamente. Las redes sociales son una herramienta que se puede usar de diferentes formas, así que seamos estratégicos con el contenido que observamos, para que el algoritmo nos termine mostrando cada vez más mensajes orientados a lo que deseamos para nuestras vidas. Seamos conscientes también de que cuando estamos viendo las fotos y videos que la gente suele publicar, suele ser de lo bueno que les pasa en la vida, pero alrededor de ese pequeño instante de sonrisas y perfección puede haber mucha historia detrás de cámaras, que completa esas 24 horas/7 días/365 días del año que no estamos viendo. Todas las personas pasamos por luchas diarias a diferentes niveles, todas las personas sentimos ansiedad de superarnos, de encajar, de mostrar que somos felices (como el mundo nos lo exige), etc. Así que seamos más amables con nuestro ser y con quienes nos rodean, que nadie es ni será perfect@. Los pocos highlights de las redes sociales, la cantidad de likes que obtenga cada publicación no son la realidad. Lo que realmente nos salvará de la trampa del perfeccionismo es soltar esas exigencias externas que se nos han impuesto de forma tal que hasta creemos que son nuestras; sentarnos a reflexionar qué tipo de vida queremos, cómo se ve el éxito para nosotros, qué nos hace realmente felices, y lanzarnos a hacerlo, así sea con dudas, miedos e incertidumbres, que muchas veces es mejor un plan realizado de una forma imperfecta a un plan perfecto mentalmente pero nunca ejecutado.  

         

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        Bertha
        hace un año

        Pienso que si nos proponemos enriquecer nuestro Espiritu nos sobreponemos a las vanalidades que nos exigen hoy y no permitir que las redes sean quienes nos determinen

        Regalarnos la oportunidad de descansar realmente

         

        Cuando trabajaba en Colombia, estuve en un servicio de urgencias, donde los 15 días hábiles que teníamos se nos eran asignados y los tomábamos usualmente de corrido. Cuando me mudé a Alemania empecé a trabajar en octubre, por lo que me sorprendí cuando ese diciembre me escribieron preguntándome que cuándo me iba a tomar los días que me correspondían de ese año (2.5 días por mes, es decir 7.5, que se redondea a 8 días). ¿Tenía 8 días para tomármelos y no había trabajado un año entero para poder tener derecho a tenerlos? (como pasa en Colombia, que solo hasta cumplir el año de trabajo en una empresa se tiene el derecho a tomar vacaciones).

        Ese fue el primer choque que tuve con la forma en la que se manejan las vacaciones y el descanso en otros países. El segundo fue enterarme que en Alemania las vacaciones se planean desde octubre/noviembre del año anterior. ¿Yo ni sé que voy a desayunar al día siguiente y esperan que pueda saber con precisión qué días me quiero tomar de vacaciones con tanto tiempo de anticipación?

        Han sido cambios a los que he ido acostumbrándome, y a pesar de mis quejas sobre la planeación, tiene grandes ventajas el poder tener la flexibilidad de tomar las vacaciones cuando se desee (en general; hay algunas fechas que son más difíciles; en la época de vacaciones escolares tienen prioridad los colegas que tengan hijos en edades escolares, se trabaja navidad o año nuevo, entre otras restricciones que no siempre son imposibles de superar).

        Este año me mudé y cambié de trabajo, y en ese tránsito tuvimos la oportunidad de viajar con mi esposo a Colombia y Chile durante prácticamente 2 meses. Como yo estaba en transición entre trabajos, no “quemé” días de vacaciones, sino que mi primer mes fue completamente pago y en el segundo recibí un excedente que me debían de turnos previamente hechos. Por el otro lado, mi esposo si utilizó sus vacaciones (e incluso un poco más), así que cuando volvimos ha tenido que trabajar esos días extra que se tomó de vacaciones. Al yo empezar un nuevo trabajo, tenía todas las vacaciones de ese año (aproximadamente 20 días hábiles al haber empezado en mayo), pero no tenía muchos planes para tomármelos, por lo que mi esposo no tenía esa opción.

        Por coincidencias de la vida, mi hermana se ganó un curso completamente pago en Oslo, Noruega, durante 1 semana. Viendo la ventana de poder encontrarme con ella después de 7 meses de no vernos, no lo dudé. Pedí esa semana de vacaciones. Mi hermana puede acomodar más fácilmente su trabajo al tener la posibilidad de hacer home-office, por lo que me dijo que podía ir a visitarnos y conocer nuestra casa en Alemania la semana posterior al curso. Inicialmente habíamos dicho que yo siguiera trabajando, pues ella tendría que trabajar también, pero mi jefe, viendo que tenía todavía demasiados días de vacaciones sin planes a tomármelos, me dijo inicialmente que me tomara una semana más (que afortunadamente mi hermana pudo acomodarla para tenerla libre) y luego que me tomara en total 3 semanas, por lo que aprovechamos para que mi esposo se tomara la semana libre no remunerada pero muy necesitada de descanso.

        Cuando apareció la opción de Oslo no la pensé como una necesidad de vacaciones, sino como la oportunidad de verme con mi hermana, pues estaba con buena energía en el trabajo. Pero a medida que se iba aproximando la fecha, me fui dando cuenta que realmente necesitaba el descanso. Por más que me sienta feliz en el trabajo que estoy, que me alegre de tener la oportunidad de aprender, de tener un gran equipo de trabajo, el cansancio se va acumulando, las horas extra trabajadas cobran factura, el cuerpo empieza a necesitar una recarga emocional y física antes de volver al ruedo. Empecé a presentar un dolor en la articulación temporomandibular (donde se conecta la mandíbula con el resto del cráneo, justo delante de las orejas) izquierda, que me dificultaba comer y abrir la boca, especialmente en las mañanas. Inicialmente pensé que no era bruxismo (un trastorno que ocurre al apretar la boca mucho durante más noches, por tensión), diciéndome que no era a ambos lados y que ni que estuviera estresada… pero dos turnos después, en los que me la pasé llorando los últimos 30 minutos del desespero de sentir que no estaba pudiendo tener todo mi trabajo al día, que no estaba atendiendo como me gustaría a mis pacientes, que me sentía abrumada de todas las pequeñas llamadas de enfermería que de todas formas quitan tiempo (como canalizar pacientes, tomar alguna prueba rápida de COVID, ajustar algún medicamento, etc.), me di cuenta que si estaba cansada, que sí estaba estresada y que realmente necesitaba descansar.

        *   *   *

        Todo esto me llevó a reflexionar sobre nuestra mentalidad sobre el descanso. En una cultura que nos exige, subliminal o bien explícitamente, rendir a más del 100%, constantemente, sin descanso, vacaciones o desconectarnos del trabajo bajo condiciones muchas veces de remuneraciones no lo suficientemente adecuadas con respecto al trabajo exigido, ha llevado a diferentes manifestaciones de una cultura cansada; desde burn-out y aumento de trastornos de depresión y ansiedad, hasta oleadas de renuncias masivas (que en algunas culturas son celebradas con fiestas de renuncia). Muchas veces nos sentimos en una espiral interminable de madrugar, trabajar (con apenas tiempo de ir al baño o almorzar), llegar sin energía a la casa, comer algo, dormir, repetir durante toda la semana, para que el fin de semana sea de limpieza del hogar, compras en el supermercado, y unas pocas de descanso que terminan siendo insuficientes para el descanso y muchas veces ya pensando en que la semana ya vuelve a empezar.

        Nos empezamos a preguntar si queremos seguir ejerciendo nuestros trabajos, pero a veces la respuesta no es cambiar de trabajo (especialmente si amamos nuestra profesión), sino que a veces la respuesta es mucho más simple… descansar. Pero no es un descanso en el que estemos pensando en el trabajo, en el que se acumule el trabajo mientras estemos fuera para que cuando volvamos terminemos más sobrecargados o en el que nuestro trabajo nos exija seguir estando “disponibles”. Poder desconectarnos del todo nos permite tener un espacio de recarga y reconexión. Nos permite regresar con una diferente perspectiva al trabajo, pues cuando estamos absolutamente agotados dejamos de ser efectivos y dejamos de dar nuestra mejor versión en el día a día.   

        He aprendido a respetar el descanso, y en verle la importancia de dividir el tiempo de descanso en más cortos pero frecuentes momentos de desconexión. Hace poco leí sobre un estudio finés que demostró que el pico máximo de felicidad y satisfacción se alcanza al octavo día de descanso, y que el efecto saludable de las vacaciones es idéntico si estas duran 8 o 15 días. Otro aspecto interesante del que hablaron es la forma en la que deberíamos tomarnos este descanso, recomendando mantenernos activos, sobre todo si implica contacto social. Una de las ventajas, tanto personales como para nuestros empleadores, es que, si en vez de quedarnos en casa viajamos, es que regresaremos al trabajo con mejores ideas, pues los viajes (especialmente internacionales) incrementan la flexibilidad cognitiva, estimulando la creatividad. Un gran truco es dejar lo mejor para el final, pues nuestra memoria está configurada de tal forma que nos acordamos mejor de lo que ocurre al final que al inicio.

        Les dejo el texto sobre el estudio en la bibliografía, vale la pena leerlo, pues tiene más recomendaciones interesantes.

        Con todo esto, si pueden ser flexibles a la hora de tomar sus vacaciones, aprovechen estos datos, que nuestros cuerpos nos lo agradecerán, aprovechen cada paso del proceso, desde la planeación, cada instante del viaje, hasta el período post-vacacional viendo las fotos y recordando momentos. La vida es muy corta para que solo nos encerremos en una oficina, un hospital, o donde sea que trabajemos. Y siempre recuerden, que todos somos dispensables en nuestros trabajos, que si un día morimos, al día siguiente tendrán a alguien haciendo nuestro trabajo, pero que en nuestros hogares y para nuestras familias somos indispensables… así que pensémonos mejor hacia dónde queremos darle el peso a la balanza de la vida.

         

        Bibliografía:

        La ciencia de las vacaciones perfectas: con ocho días es suficiente | Papel | EL MUNDO

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        Bertha
        hace un año

        Me compenetro totalmente con esta disertación, nuestra profesión es muy absorvente e implica darnos al 120% así que, es importante saber descansar .Me tomaré el tiempo suficiente para disfrutar al máximo los tiempos de vacaiones y recargar energías

        Andrea Plazas
        hace un año

        Que tema tan increible! Gracias por siempre tener el texto Perfecto, me siento demasiado conectada!

        Desmitificando el envejecer

         

        Crecemos con el sueño de crecer, pero con el miedo de envejecer. Alrededor nuestro hay un constante bombardeo promocional de productos para contrarrestar u ocultar el paso del tiempo en nuestros cuerpos. Es frecuente ver cómo a las personas ancianas se las discrimina, desvaloriza, subestima y estigmatiza. A las mujeres se nos dan mensajes a través de diferentes medios (desde libros, películas, y comentarios en nuestras mesas al comer) de forma clara, pero a veces más sutil, cómo las mujeres pierden su valor en términos laborales, que pueden ser abandonadas por sus parejas al no verse lo suficientemente jóvenes, entre otros mensajes que se terminan convirtiendo en miedos subconscientes que pueden impactar en nuestra forma de comportarnos. Pero por el otro lado como sociedad seguimos presionando a lograr una longevidad cada vez mayor. ¿Cómo reconciliar toda esta problemática?

        Podemos empezar cambiando el paradigma y concientizándonos de que probablemente vayamos a llegar a ser ancianes. Cuando se piensa en carne propia este grupo etario se empieza a pensar diferente, pues empezamos a preguntarnos si nos gustaría llegar a ser tratados como se trata a les ancianes en la actualidad; como débiles, seniles, asexuades, inútiles, lentes, anticuades, u otras categorías con las que muchas veces se piensa en aquel anciane imaginade. Entender que cada etapa trae cambios, pero que no cambiamos de forma estereotipada, o si no observen un momento a les amiges y conocides que tienen de su edad… ¿son todes ustedes igualmente clasificables?

        Nos persigue una industria que idealiza la juventud y belleza eternas, que se ve beneficiada (principalmente económicamente) de el gran negocio de la juventud vendiéndonos siempre diferentes soluciones (con diferente variabilidad invasiva; desde maquillaje y tinturas hasta procedimientos quirúrgicos) para permanecer siendo valioses en la sociedad. Y se ha normalizado tanto esto, que se considera extraño el querer lucir natural. Pero no caemos en cuenta que cada persona tiene un proceso único de crecimiento y envejecimiento, que cada quien puede decidir cómo vivir cada etapa de su vida, y que cada edad trae sus maravillosos privilegios, sus fuertes retos y algunas desventajas.

        Envejecer es un proceso inherente y continuo, pero al mismo tiempo influenciable por múltiples factores (biológico, sociocultural e histórico). En este proceso vale la pena mencionar el impacto que puede tener la autopercepción en la forma que vemos nuestro envejecimiento; una buena autopercepción de la salud y el envejecimiento contribuye a conservar una mayor calidad de vida, pero este concepto se puede ver influenciado por nuestro entorno físico, quienes nos rodean, donde vivimos, las experiencias que hemos tenido, nuestra salud mental, y la posibilidad de conservar una autonomía e independencia adecuadas. Siento que como sociedad hemos contribuido muchas veces negativamente en la vejez, pues es frecuente que al subestimar las capacidades que se tiene al pasar los años, se suele reducir las capacidades de las personas al “ayudarle a hacer todo”, sin ver que el imposibilitarle realizar aquellas cosas que puede terminar generando un deterioro en su funcionamiento normal.

        Yo les invito a reflexionar sobre nuestras creencias sobre la vejez, a reflexionar la forma en la que hablamos y nos referimos al envejecimiento y a reflexionar sobre los comportamientos que tenemos tanto con las personas ancianas como nuestra forma de enfrentar nuestro propio envejecimiento; ¿vale la pena gastar dinero evitando u ocultando el paso del tiempo, en vez de gastarlo en disfrutar la vida que se nos ha regalado en este mundo?

         

        Bibliografía:

        Red Latinoamericana de Gerontología (gerontologia.org)

        Desmitificando la vejez. Una vez más - Qmayor

        La aceptación de envejecer, un proceso natural | Esim Cuidadores

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        Andrea Plazas
        hace un año

        Es muy difícil ser mujer en esta sociedad, debes verte bien… pero que no se note qué haces cosas para lograrlo. Nos dan muy duro por envejecer. Pero creo que es tarea de cada uno empezar como tú lo dices, desde nuestras mesas, a romper estos patrones. Gracias por este escrito!

        Bertha
        hace un año

        Cada etapa de la vida tiene sus encantos y si la humanidad está intersada en mejorar la longevidad, debemos vivir con dinamismo y entusiasmo.

        ¡Y volvemos a tener gatos!

        Recuerdo cuando tenía unos 11 años que mi papá decidió, después de años que mi hermana y yo pidiéramos tener un perrito en casa, que nos dejaría tener…un gato. Al principio he de confesar que no me mataba la idea, pues tenía todas estas imágenes estereotipadas de seres fríos, lejanos y demás.

        Pero una vez conocí a la que posteriormente fue mi gata, Sissi, mi vida cambió por completo. Conectamos de una vez, nos amamos y estuvimos juntas desde ese día. Fue realmente una hija para mí, y me regaló 16 años de amor puro e incondicional. Al final de su vida tuve la oportunidad de traerla conmigo a Alemania, y aún siendo dura su partida, me siento afortunada de haber estado a su lado, como siempre lo habíamos estado desde que nos vimos ese primer día. Perderla ha generado un duelo, que no he logrado superar completamente. Todavía la extraño, la pienso a diario, y veo sus fotos y videos solo para sonreír recordándola. Dejó un vació imposible de llenar.

        Una vez pasó un tiempo, pensé que una forma de conmemorarla era dándole un hogar amoroso a otros gatitos que pudiesen necesitarlo, pero el proceso fue largo, especialmente porque mi esposo, Nicolás, todavía no se sentía preparado para volver a tener gatos. Sissi, como les digo, dejó un hueco en todos quienes la conocimos.

        Pero desde hace un tiempo tomamos la decisión de volver llenar nuestra casa de ronroneos y nuestra ropa de pelos de gato, así que empezamos la búsqueda de nuevos michis. Inicialmente queríamos adoptar, pero Nico es alérgico a los gatos de pelo corto y las pocas opciones de gatos de pelo largo que encontramos fueron adoptados por otras personas. Un día Nico encontró un aviso de una familia que decía que por motivos de la vida tenían que dejar a sus 2 gatos persas y estaban buscando una familia. El detalle del universo que nos dijo que estos gatos debían ser nuestros fue que la gata también se llama Sissi. Les escribimos inmediatamente, agendamos una cita para conocernos y conocer a los gatos, para poder evaluar si teníamos buena vibra con ellos. Ahí nos contaron que debían cambiar de ciudad y en el nuevo lugar de residencia no les dejaban tener los gatos. Se les notaba el profundo amor que les tienen, lo mucho que los miman y el dolor que era tener que dejarlos. Sabiendo que era una situación difícil centramos la conversación más en ellos como personas y en nuestras experiencias previas con gatos. Al final, nos contaron que habían entrevistado a muchas personas, pero que sólo nosotros les habíamos dado una buena vibra, que aparentemente los hijos también nos aprobaban, pero que debían hablarlo en familia. Fueron unas horas de espera ansiosa, pues quedamos enamorados de ese par de michis.

        Cuando la respuesta confirmatoria llegó nos emocionamos profundamente, y compramos cosas y esperamos con ansias el día que llegarían a nuestra casa. Sabíamos que el proceso iba a ser duro, pues siendo gatos de 3 años, es normal que no entiendan qué es lo que pasa, se escondan y sean precavidos antes de confiar en esos nuevos humanos. Pero lo que más nos alegra es tener la oportunidad de darles un hogar lleno de amor a este par de bolitas suavecitas y ronroneadoras.

        Llevan ya unas semanas en nuestra casa, y los procesos han sido lentos, inicialmente salían solo en las noches a explorar y no nos pedían que los consintiéramos; se dejaban consentir, pero no se nos acercaban para pedirnos mimos. Pero al pasar los días fueron saliendo cada vez más tiempo, los empezamos a oír ronronear con cada vez mayor frecuencia, y ya empezaron a exigir ser el centro de atención de la casa (como es obviamente el deber ser).

        Hubo un momento que me hizo llorar y fue la primera ocasión que Sissi empezó a maullarme, pidiéndome que la siguiera, se dejó consentir y me ronroneó. Sentí como si mi Sissi me mandara amor desde el cielo y no pude contener las lágrimas.

        Cuando Sissi vivía se arrunchaba conmigo y me encantaba dormir con ella, y ahora Bruno (el otro gato) también se me ha acercado varias noches a acostarse encima de mí o a arruncharse, siempre pidiendo ser consentido. Y yo con gusto lo hago, porque eso constituye realmente una parte importante de nuestra felicidad; tener el amor ronroneador de un michi.

        Los animales realmente tienen una magia y un poder sanador, así que a quienes tienen ganas, pero dudas de si tener una mascota, no puedo más que recomendarlo, pero eso sí, siempre con la responsabilidad de amarlos durante toda su vida, de mimarlos todos los días y saber que como seres vivos sienten, piensan y perciben mucho más de lo que nos imaginamos.

         

         

        Sissi, adaptándose en Alemania

        Bruno, cómodamente en la hamaca

        Sissi, posesionándose de todas las cajas

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        Bertha
        hace un año

        Realmente nuestros gaticos nos han llenado de amor compañía, nos han protegido en cada uno de los.momentos de dolor o de ansiedad, calmandonos con su energía han sido y serán más que mascotas nuestros compañeros de vida

        “Propósito”, el título de mi 2024

        La semana pasada les comenté la idea que había visto en un video de ponerle nombre al año para saber en qué se quiere enfocar el año que está por venir. Es una tarea de reflexión difícil, pues hay muchas palabras que pueden tener un peso en la forma de vivir este año que viene. Es la primera vez que hago este ejercicio, así que no ha sido fácil, pero espero que con el tiempo se vaya volviendo más fácil. Después de pensar en diferentes opciones, me decanté por la palabra “propósito”. Quiero vivir este 2024 con propósito, hacer cada cosa, cada proyecto, vivir cada día acorde a mi propósito de vida.

        Les quiero contar un poco qué quiero significar con ese título para mi 2024. Al ser pequeños nos incentivan decidir qué queremos hacer de adultos, presentándonos la vida como una decisión de “carrera profesional” exclusivamente. Como si nuestro propósito de vida se basase en escoger en qué queremos trabajar, y hacerlo hasta pensionarnos. Pero después de ver que la pandemia revolucionó nuestro pensamiento, he visto cada vez más personas a mi alrededor haciéndose preguntas sobre si quieren seguir haciendo lo que estudiaron, cada vez veo más personas que abandonan su trabajo y terminan emprendiendo o haciendo algo radicalmente diferente, simplemente porque les trae mayor felicidad. Esto nos debería hacer reflexionar sobre lo que realmente nuestro propósito en la vida.

        Creo que nuestro propósito en la vida es encontrar nuestro don, el trabajo que debemos hacer es desarrollar el potencial de este don, para que el significado de nuestra vida gire en torno de brindar a los demás nuestro don. Así que para encontrar nuestro propósito es bueno reflexionar sobre las cosas que realmente nos emocionan, pues estas cosas nos dan mensajes sobre aquello que deberíamos seguir. Una vez hagamos las cosas desde nuestra esencia y nuestra alma, es que encontramos una felicidad intrínseca de hacerlas. Lo bueno es que, al ir avanzando la vida, también van cambiando las cosas que nos llaman la atención, así que también cabe la posibilidad que podamos tener más de un don, más de una cosa que brindarle al mundo, más de una oportunidad de tener la valentía de aprender algo nuevo. No lo sé, es sólo un pensamiento que se me cruza al escribir todo esto. Y es sólo desde el pensamiento de que, no es que hayamos elegido mal la carrera que estudiamos es sólo que, al avanzar la vida, pueda que hayamos cambiado de cosas que llamen nuestra alma. Creo que en la historia de la humanidad el haber logrado ampliar la expectativa de vida de los humanos, nos puede brindar la oportunidad de diversificar la lista de cosas que nos emocionan, ampliar nuestro conocimiento, brindarle al mundo diferentes versiones de quienes somos.

        Así que este año quiero vivirlo en propósito, pues quiero hacer las cosas desde el alma y el amor, hacer aquello que me haga feliz y que al tiempo pueda serle útil a los demás. Aprender a decirle no a las cosas que no me traigan felicidad, algo que siempre me ha costado, pero que es parte del objetivo de este año.

        Si les llama la atención este ejercicio, les invito a que lo hagan a consciencia, pues es realmente poderoso ponerse un objetivo que pueda abarcar varios aspectos de nuestra vida. Todos estamos en un camino, aprendiendo en cada paso que damos, así que pase lo que pase, procuremos ser amorosos con nuestro caminar.

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        Bertha
        hace un año

        Mi propósito 2024 es entregar mi esencia a los seres que amo

        Técnica Pomodoro

        Una técnica de optimización del tiempo para incrementar nuestra productividad

         

        En una sociedad donde tenemos una accesibilidad inmediata a cualquier cantidad de videos, imágenes, stories, reels, publicidad y demás, es triste ver que la capacidad de concentración de la población general, especialmente de las personas más jóvenes se ha visto cada vez más perjudicada, dificultando procesos de aprendizaje y consolidación de la información. Suena a consejo de papás cansones el dejar el celular al lado al momento de estudiar, pero es realmente importante dejar de lado ese mito del muti-tasking y darnos cuenta que el intentar concentrarnos en varias cosas simultáneamente alarga el tiempo que necesitaremos para hacerlas y probablemente no queden de la misma calidad que si les pusiéramos nuestro foco absoluto. (Como ejemplo, no fue sino que me sentara a escribir este texto y ya WhatsApp me ha bombardeado con varios mensajes que me aparecen en la pantalla del computador y es imposible evitar que los ojos no se desvíen, perdiendo el hilo de la idea que estaba pensando).

        Hay diferentes formas de lograr ser eficientes y poder rendir en lo que nos propongamos; sea estudiar, un trabajo, o cualquier otra cosa. Una técnica que he estado viendo desde hace un tiempo es la Técnica Pomodoro y me gustaría contarles de qué trata.

        Considerada una metodología de productividad, ésta es una técnica que se basa en la división de tiempo en períodos de 25 minutos (llamados 1 pomodoro), en los que el objetivo es tener el foco absoluto en la tarea que nos propongamos. La idea es hacer 4 bloques de 25 minutos con descansos intermedios de 5-10 minutos. Al terminar el cuarto bloque se realizaría una pausa de 30 minutos. El proceso se puede repetir cuantas veces se necesite.

        La idea detrás de esta técnica la tuvo el estudiante italiano Francesco Cirillo , quien se dio cuenta de lo poco productivas y efectivas que eran sus largas noches de altas dosis de cafeína y poco descanso, que terminaban en la necesidad de volver a releer todo al día siguiente.

        Los beneficios se traducen en una calidad alta de concentración, una mejor gestión del tiempo, un sentimiento de satisfacción al terminar tareas de forma efectiva (cada pomodoro trae cierta presión positiva para seguir mejorando en nuestro trabajo planeado) y disminución de las distracciones durante el trabajo/estudio.

        El tiempo propuesto de 25 minutos por el tiempo óptimo que Cirillo se podía concentrar, pero hay personas que logran mantener períodos de concentración más altos, así que cada uno puede ir ajustando su dosis de pomodoros al momento de trabajar.

        Al momento de querer empezar a estudiar/trabajar con esta técnica hay algunas recomendaciones que pueden optimizar el proceso:

        • Ordenar el espacio en el que se quiera trabajar/estudiar
        • Asegurarse de no recibir distracciones; sea oyendo música clásica/ruido blanco, poner el celular en silencio y boca abajo, o lo que mejor les sirva.
        • Tener a mano todo el material que se necesite; sean libros, cuadernos, esferos, marcadores, etc.
        • Marcar un claro objetivo que se desee cumplir en un período determinado (en x cantidad de pomodoros).

        Una vez todo está preparado, es cuestión de poner el temporizador a correr y centrarse en la tarea que se desea realizar. Al sonar la alarma, se pone otro temporizador de 5-10 minutos y se pasa a hacer una pausa. Actualmente existen también aplicaciones Pomodoro que permiten organizar los temporizadores de la sesión. Yo aquí recomendaría una pausa activa, con ejercicios de respiración, de activación muscular, escuchar música, tomar una bebida, organizar el escritorio, mirar por la ventana un paisaje agradable. Mejor dicho, no distraerse con redes sociales, que suelen distraer mucho más que los 5-10 minutos pensados. En la pausa más larga (la que viene después del cuatro bloque de pomodoros) se podría hacer alguna cosa que requiera más tiempo, como comer alguna cosa pequeña o alguna otra actividad.

        Otro aspecto importante a tener en cuenta son aquellos factores que no podemos influenciar, como las llamadas de familiares o que algún compañero nos solicite ayuda o nos pregunte algo. Aquí es donde una comunicación efectiva viene a jugar un papel importante, pues es vital para nuestra productividad que informemos a quienes nos rodean de la intención que tenemos de ser productivos por el tiempo que hayamos preestablecido. Podemos negociar que posterior a este período de tiempo les llamaríamos de vuelta.

        Con la práctica viene la maestría, y con el tiempo se podrá estimar mejor la cantidad de pomodoros que necesitaremos para realizar una tarea específica, y así iremos gestionando nuestro tiempo cada vez mejor.

        Cuando el proyecto a realizar sea grande, podemos dividir la gran tarea en tareas más pequeñas, que podamos realizar más fácilmente en pomodoros. Por ejemplo, en caso de querer escribir algún documento se puede dividir los pomodoros en 1. Investigación, 2. Borrador, 3. Redacción, y 4. Edición, o también se puede dividir en las partes del texto que se desea escribir 1. Recolección de información, 2. Introducción del texto, 3. Argumento principal, 4. Conclusiones. En caso de querer aplicar esto en el trabajo también se puede agrupar tareas pequeñas para completarlas en 1 pomodoro; como por ejemplo planear reuniones y contestar emails. Los ejemplos son extremadamente variados y se pueden ajustar a las necesidades de cada persona.

        Les deseo mucho éxito en sus proyectos y que les sirva esta técnica. 

         

        Bibliografía:

        ¿Qué es el método Pomodoro? Origen, beneficios y aplicación - Blog IEP

        La técnica Pomodoro: cómo maximizar la productividad del equipo [2021] • Asana

        Técnica Pomodoro: Ventajas de Aplicarla en los Estudios | AULICUM

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        Bertha
        hace un año

        Todo lo que redunde en mejorar la concentracion y la efectividad de nuestras tareas sea Bienvenido el método Pomodoro.

        Ponerle actitud a la vida

        Creo que a la vida hay que ponerle actitud. Ha habido varios momentos en los que diferentes personas del lugar donde trabajo me han dicho “no entiendo por qué siempre estás sonriendo y feliz”, y lo único que pienso en esos momentos es “¿y por qué no lo estaría?”. Estoy en un trabajo que elegí, después de estudiar la carrera profesional que decidí, así que, por más que haya cosas positivas y negativas de cada trabajo, días más fáciles que otros, creo que cada persona tiene la opción de decidir si desea hacer esas tareas del día con buena o mala actitud… de todas formas, las tareas serán las mismas, pero la perspectiva con las que decidamos mirarlas puede definir la calidad de nuestros días. Así que mi decisión personal es hacerlas con buena actitud y simplemente vivir feliz.

        Esto también lo he visto en otro contexto importante; en mis pacientes. He visto que aquellos/as pacientes que afrontan la enfermedad que sea con buena actitud, tienden a tener mejor calidad de vida, sin importar el diagnóstico que se les haya dado. Soy consciente que sonreír cuando te dan un diagnóstico duro o incluso terminal es difícil, pero fuera del duelo que se realice por la enfermedad que se tenga, el hecho de afrontar la vida con una actitud positiva permite que se aprovechen mejor los días buenos, que se toleren mejor las terapias, que se disfrute más el tiempo en familia y con amigos/as, y hasta mejore la forma en la que se afronta la enfermedad. Y con “afrontar con actitud positiva” no me refiero al positivismo tóxico de ”todo siempre está bien”, sino con la actitud mental de “dar lo mejor que tengo sin importar las circunstancias”; a veces eso “mejor que tengo” no será sonrisas y arcoíris, pero el apreciar el presente y los pequeños detalles de la vida nos permiten afrontar las circunstancias mejor.

        Actualmente me encuentro en Alemania, donde he visto que culturalmente lo normalmente aceptado es quejarse por todo, y muchas personas caen en esa rutina, muchas veces sin darse cuenta. Todavía me sorprende que cuando le pregunto a las personas un simple “¿cómo estás?” la respuesta rara vez sea “bien”, sino que usualmente es algún tipo de queja, así no haya nada en específico de lo que quejarse. Es frecuente al escuchar conversaciones ajenas que el tema de conversación sea alguna queja.

        Siempre me acuerdo un día en que una colega de mi primer trabajo en Alemania entrando a la oficina dice “definitivamente en ningún lado puede ser peor que acá”, a lo que le contesté “¿qué crees entonces que hacen tantos extranjeros trabajando acá?”. En ese momento ella frenó y reflexionó que realmente en otros sitios las condiciones laborales podían ser de menor calidad para que alguien decidiera dejar toda su vida y lo que ya conocía por ir a un país nuevo y empezar de cero. En ese momento yo también caí en cuenta de una cosa; cada quien es capaz de reconocer y calificar una situación en comparación a lo que ha vivido. Eso me permitió entender un poco por qué se quejan tanto en este país; han vivido en un país económicamente tan fuerte y con tantos privilegios, que la población se acostumbró a darlos por sentado, haciendo que sea fácil frustrarse con las pequeñas falacias del sistema. El enfrentarse a otras circunstancias en la vida, menos favorables a las que uno tiene en su gran mundo de privilegios, es una gran forma para poder reflexionar sobre la cantidad de cosas por las que podemos sentirnos felices y agradecidos/as. Es por eso que considero que es importante que nos incomodemos de vez en cuando y analicemos nuestros privilegios, para que reflexionemos acerca de lo que deberíamos agradecer, y a la vez, que le bajemos un poco a las quejas por las pequeñas incomodidades que pueden rodear nuestras vidas. 

        La vida es lo que decidamos hacer de ella. Diariamente tenemos el poder de decidir cómo afrontaremos nuestro día. Durante la época de la crisis por COVID empecé a repetirme un mantra al ir al trabajo diciéndome “hoy será un gran día, con un turno tranquilo y agradable, con pacientes estables y amables”. El simple hecho de plantearme la posibilidad de que tendría un buen día me ayudaba, tanto en los días buenos como en los más difíciles. Actualmente sigo repitiéndome ese mantra, porque sentí el efecto positivo que tiene el enfocarme en que mi día será bueno.

        Con nuestra actitud también podemos influir en otras personas con las que entramos en contacto; en mi caso mi trabajo son pacientes, pero esto se aplica a clientes o cualquier contacto humano que ustedes tengan durante sus jornadas laborales. Una sonrisa y unas palabras amables pueden ser esa gota que haga que todo fluya mejor, puede ayudarle a otras personas a tener un mejor día o a mejorar nuestro ambiente laboral y también entorno familiar. Porque por más cansados que lleguemos del trabajo, la calidad en nuestras relaciones con esas personas que amamos se verá positivamente impactada según la calidad de los momentos que tengamos en el día a día.

        Ser consciente del impacto que tienen nuestras acciones y nuestra actitud en nosotros/as mismos/as y quienes nos rodean es un primer paso que podemos dar en camino a mejorar en general nuestra calidad de vida, y recordar que para ser felices necesitamos mucho menos de lo que a veces pensamos puede tener un impacto positivo en la forma en la que vemos y afrontamos la vida.

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        Bertha
        hace un año

        Realmente lo que hace la diferencia en la calidad de vida de cada individuo, es, la Actitud con la que asuma tanto lo bueno como lo menos bueno.

        Día de la Tierra 2024

        Anualmente se celebra el día de la Tierra para incentivar a las personas a reflexionar y conectar con acciones que todos podemos hacer para poder proteger a nuestro Planeta y reducir el impacto ambiental negativo que generamos como raza humana. Hace un tiempo hablamos de eso en el tema “Pequeñas acciones con gran impacto ecológico”, que pueden revisitar para reevaluar si hay alguna de las opciones que les propuse que todavía no han incluido en sus vidas y les gustaría probar, o también para proponer otras opciones para que todos nos beneficiemos con más ideas 😊.

        Hoy quisiera orientar la conversación hacia otro tema y es la Conexión; la conexión con nuestro Planeta, con los habitantes tanto humanos como no humanos que habitamos en la Tierra y cómo podemos generar un impacto positivo desde la empatía. Cada vez que escucho noticias sobre las catástrofes naturales, el calentamiento global, la situación cada vez más preocupante de las diferentes especies animales, la crisis de los océanos, los terrenos perdidos por incendios, entre otros, siempre termino teniendo un sentimiento de tristeza profunda, que me hace sentir una gran desesperanza y desilusión con nosotros como humanos. Afortunadamente simultáneamente existen gran cantidad de personas que se han dedicado a mejorar la situación, y al ver estas noticias me brindan nuevamente algo de esperanza a que podemos aún ayudar a nuestro Planeta.

        El factor que siento que une a estas historias positivas es la empatía por todo aquello que nos rodea, y es que – como dijo Amancay Diana Savayán – “hasta que no vivamos en la piel del otro o de la otra, no podemos pensar en un cambio verdadero y profundo”. Siento que el conectar con los demás seres vivos que cohabitan la Tierra con nosotros nos permite entender que las acciones que hacemos constantemente pueden tener un impacto positivo o negativo en la vida de quienes nos rodean. Pueda que nos sintamos insignificantemente pequeños/as, que sintamos que esos “pequeños cambios” que hagamos no tendrán un impacto significativo ya que las grandes multinacionales son las que mayor impacto medioambiental negativo (o positivo) tienen, pero si nos ponemos a pensar en que esas “pequeñas acciones” que hacemos pueden ayudar a otros seres vivos a nuestro alrededor, tal vez, nos ayude y nos incentive a seguir realizando “pequeñas acciones” hasta hacer una gran suma.

         

        Pensar que compostar,

        Pensar que recoger basura,

        Pensar que separar adecuadamente la basura,

        Pensar que disminuir el consumo de proteína animal,

        Pensar que adoptar animales en vez de comprar de raza,

        Pensar que disminuir nuestro consumo de plástico de único uso,

        Pensar que no fumar (pensando en las colillas que contaminan fuentes de agua),

        Pensar que disminuir nuestro consumo materialista de la ropa de deshecho rápido,

        Pensar que sembrar árboles, pensar que buscar comprar productos no envueltos en plástico,

        Pensar que educarnos y educar a las siguientes generaciones a tener una consciencia medioambiental,

        Pensar que responsabilizarnos de los productos de belleza que consumimos (hablando de la experimentación en animales),

        Pensar que evitar consumir materiales que terminan contaminando ecosistemas o causando muertes dolorosas a los animales,

        Pensar que hacer un turismo responsable (evitando contacto con animales salvajes que probablemente estén drogados para que podamos tener contacto con ellos),

        Pensar que….

        Me podría quedar haciendo toda una lista de esas “pequeñas acciones” que al reflexionar sobre ellas nos hace ver el gran cambio que realmente causamos en su suma, y es simplemente un ejercicio de conexión y reflexión; ¿qué cambio puedo hacer yo para mejorarle la vida a ser vivo que me rodea?

         

        Como raza humana hemos ido adquiriendo gran poder sobre el planeta, nos jactamos de nuestra superioridad intelectual, pero nos hemos desconectado de la empatía con aquellos seres que nos rodean. Les quiero invitar a conectar con el hogar que tenemos; la Tierra, y con todos sus habitantes, les invito a tener empatía con quienes no tienen voz, pero sufren con las acciones negativas que como raza hemos causado al Planeta, pues lo queramos o no, diariamente generamos un impacto, pero la decisión que tenemos que escoger es qué tipo de impacto queremos generar. Nadie es perfecto y en nuestra búsqueda de ayudar tal vez hagamos algunas cosas que pueden ser más positivas que otras, pero el concientizarnos y el procurar mejorar ya es un gran paso hacia – ojalá – un mundo mejor.

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        El amor explicado en gatuno

         

        Creo que, para aprender a amar, se debe amar a un gato.

        No quisiera que me malinterpreten y me cataloguen de cat-person, porque realmente me siento una animal-person; me enamoro de cada animal que veo en vida real o en televisión.

        Pero si siento que, si alguien puede enseñarnos lecciones profundas sobre el amor, son los gatitos. Porque quien ha tenido la maravillosa oportunidad de amar y ser amado por un gato entiende que el amor no se da como a uno le gusta ser amado, sino que el amor debe ser dado de la forma que al otro le gusta recibirla. Es fácil amar a un perro, pues ellos son una raza que fue criada para amar a los humanos, pero los gatos fueron animales que por decisión propia quisieron quedarse con los humanos, en parte, por la seguridad de caza que les daban los humanos al atraer tantas ratas a su alrededor, y luego les quedó gustando volverse los mimados de la casa.

        El amor se puede expresar de diferentes maneras, y a cada uno de nosotros nos gusta ser amado de cierta forma. En los últimos años se ha vuelto popular la temática de “los 5 lenguajes del amor”; siendo estos 1) las palabras, 2) el tiempo de calidad, 3) los regalos, 4) los actos de servicio, y 5) el contacto físico.

        Las palabras envuelven gran cantidad de expresiones, desde palabras de ánimo, apoyo, afecto, felicitaciones, elogios y amabilidad con la otra persona. Es por eso que siempre debemos tener en mente del poder que tienen nuestras palabras, pues con ellas podemos marcar (positiva o negativamente) a una persona. A pesar de ser una forma vital para expresar nuestro amor, es importante que el amor no se quede sólo en palabras, sino que se pongan en acción nuestros sentimientos, y ahí es donde entran los otros lenguajes del amor.

        Viviendo en la sociedad apresurada y enfocada en productividad, es importante regalarnos tiempo de calidad con quienes amamos. No se trata tanto del plan que se haga (si se sale a un restaurante costoso o si se cocina en casa, por ejemplo), pues el estar realmente presente y disfrutando del momento con quien amamos es más importante. El tiempo de calidad incluye el compartir genuino, el escuchar y sentirse escuchado, el tener conversaciones profundas, el disfrutar juntos de planes que ambos disfruten. Son los momentos en los que se dejan atrás las prisas y las obligaciones del mundo exterior para sólo estar presente.

        Otro lenguaje del amor son los regalos. Aquí es importante no pensar en el costo o en el mercadeo, sino pensar que los detalles más personalizados, más pensados, sin importar lo que sean, son los más valorados.

        El cuarto lenguaje del amor son los actos de servicio, que son una forma de expresión de generosidad para ayudar al otro sin esperar nada a cambio, sino por el simple hecho de que se ama al otro.

        Y el último lenguaje del amor es el contacto físico, que es la forma más directa y muchas veces más sencilla.

        Cada uno de nosotros se puede sentir más identificado con uno o más de estos lenguajes del amor, pero aquello que nos gusta más a nosotros no es siempre lo que le gusta más a la persona que tenemos al frente. Así que, volviendo al tema gatuno y mezclándolo un poco con los lenguajes del amor, el amar a un gato nos enseña que el amor se debería dar principalmente de la forma en la que el otro disfruta recibiéndolo. Hace un tiempo les conté que volvíamos a tener gatos y un poco sobre el proceso de adaptación que hemos vivido en mi casa desde que llegaron. Ya pasados varios meses desde que llegaron, a veces es fácil olvidar lo largo que fue el proceso y los logros que se han tenido en aspectos de confianza y sensación de seguridad que ahora tienen ellos en nuestra casa.

        Los gatos necesitan su espacio, sentirse cómodos y seguros para poder empezar a expresar a su forma el amor. Por más que al verlos uno quiera apechicharlos y cogerlos a besos, si el gato no está preparado, no va a permitir que se invada su espacio. Hay gatos que disfrutan arruncharse, otros que prefieren ser consentidos pero no agarrados, hay gatos que prefieren tener su espacio personal libre de invasores… en fin, los gatos saben muy bien qué es lo que les gusta se amados y o uno aprende a darles ese amor de la forma en que les gusta, o nunca va a poder congeniar con ellos. Así que cuando las personas dicen que no les gustan los gatos porque son distantes, traicioneros, o cualquier otro calificativo negativo que se ha usado de forma injusta con estos animales, tal vez es que no se han dado la oportunidad de conocer bien, de entender la forma en la que expresar el amor.

        Tengo dos gatos, cada uno con sus características bien personales y hemos aprendido a darles amor de la forma en la que a cada uno le gusta. Mi gato es sólo amor, a él le encanta arruncharse, ser consentido por todo el tiempo posible, le gusta ser el centro de atención (hasta me acompaña al baño), y con sus 7 kg no hay forma de decirle que no a sus arrunches. Él sabe lo que es el tiempo de calidad, lo sanador e importante que es el contacto físico, y regala ronroneos a todo el que se le cruce. Por otro lado, mi gata no es tanto de arruncharse, ella le gusta que la consientan, pero no le gusta mucho que la carguen (y se queja a maullidos cuando uno la medio alza), pero ella sabe muy bien lo que son los actos de servicio… a su manera. A ella le gusta arruncharse en las mañanas para que, después de haber tenido el honor de haber podido arruncharla, uno pueda pagar su tributo abriéndole la puerta del balcón para que ella pueda disfrutar de su tiempo oyendo pajaritos. Tal vez ella lo vea como un intercambio… en fin, como ya dije antes, ellos saben lo que quieren y hacen todo para lograrlo. Los gatos también nos enseñan a ser felices de formas sencillas. Todos hemos visto videos de gatos que ignoran el costoso juguete que sus dueños compraron y que se la pasan metidos en la caja de cartón en la que venía empacado. Mi casa no es la excepción; mis gatos aman las cajas de cartón y adoran cada vez que llega una comprar de Amazon… se sienten en Disney metidos en sus cajas de todos los tamaños. Ambos saben pedir muy bien cuando quieren galletas o comida húmeda, y una vez su mensaje ha sido entendido se aseguran de apurarte lo suficiente para recibir su regalo. Como dice la gente, lo único que les falta es hablar, pero si uno sabe escucharlos bien, hay muchas formas en las que comunican su amor, aún cuando no hablen nuestro idioma.

        Al ver los ejemplos es que les digo que los gatos nos enseñan a amar, nos enseñan a que debemos respetar los espacios que el otro necesita, que debemos saber escuchar para poder brindar amor de calidad. Ellos dan amor a su manera y saben muy bien cómo quieren recibirlo. Tal vez, tener gatos nos permita aprender del amor y nos de la oportunidad de aplicar estas lecciones con nuestros seres amados, para así mejorar nuestra calidad de relaciones y la forma en la que damos y recibimos amor.

         

        Bibliografía:

        Los 5 lenguajes del amor: ¿cuál es el tuyo? (psicologiaymente.com)

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        Desconectar para reconectar

        En las últimas semanas estuvimos hablando con mi esposo sobre la sensación que teníamos que estar muy conectados con el celular y el deseo que teníamos de reconectar con el mundo real. Siento que normalizamos tanto las redes sociales que pocas veces somos conscientes de la gran cantidad de tiempo que pasamos en ellas. Me puse a analizar mi comportamiento y me di cuenta de que, cada vez que necesitaba algo del celular (así fuera algo pequeño como mandar un mensaje específico por WhatsApp o revisar la hora de una cita médica) mi dedo terminaba abriendo redes sociales casi que de forma inconsciente. El mayor problema es que es muy fácil engancharse y terminar perdiendo mucho más tiempo del que uno cree.

        Creo que es una realidad cada vez más presente en varias personas, pues la reacción que generan las redes en nuestro sistema nervioso es prácticamente el de una adicción. Suena fuerte y muchos preferiríamos decir “yo no sufro de eso”, pero creo que vale la pena analizarnos y reevaluar nuestro comportamiento con respecto al uso que le damos a nuestros celulares. Sin ser melodramáticos ni querer diagnosticar a nadie, les invito a hacerse algunas preguntas para poder concientizarnos del grado de influencia que pueden tener las redes sociales en nuestra vida. Evaluemos cuántas horas les dedicamos diariamente (se puede ver en el celular), concienticémonos si lo primero que hacemos al despertar o lo último que hacemos antes de dormir es ver estas aplicaciones, detengámonos a pensar si nos cuesta concentrarnos y nos toca pedir que nos repitan lo que nos dicen por falta de atención, y pensemos si ha habido momentos en los que hemos perdido oportunidades de hacer cosas por estar metidos en nuestros celulares o si nos gustaría disminuir el tiempo que pasamos en redes sociales para poder hacer otras cosas. Pueda que no tengamos una adicción, pero creo que es difícil decir con gran seguridad que no somos parte del problema.

        Nosotros quisimos cambiar esta conducta nuestra y por eso decidimos tomar algunas medidas al respecto. En primer lugar, nos pusimos un límite en el tiempo que podíamos estar usando internet en nuestro celular y la segunda medida fue que, siendo conscientes que no podíamos simplemente dejar el celular en algún lugar lejano y desconectarnos 100% de él (a pesar de todo hay llamadas importantes y asuntos que si solucionamos con el celular), decidimos comprarnos SmartWatches (esto no es una propaganda para este producto, simplemente les quiero compartir nuestra experiencia).

        Al principio me sentía bastante escéptica con respecto a comprar esos relojes. Sentía que era cambiar un aparato electrónico por otro, que tal vez no iba a tener el efecto que deseábamos y que era exponer más datos míos a BigBrother (pues el reloj tiene forma de medir variables fisiológicas como frecuencia cardíaca, tensión arterial, entre otros). He de admitir que me vi gratamente sorprendida al ver que esas dos medidas tuvieron un gran efecto. No he abandonado las redes sociales, hay días que las uso más que otros, pero al limitar el tiempo que tengo “permitido” estar en ellas y al tener las funciones más importantes para el día a día en el reloj realmente la utilización de ambos dispositivos se ha disminuido en gran medida. Siento que me tomo un tiempito de “guilty pleasure” viendo redes, pero siendo consciente que tengo un límite, procuro cerrar las redes sociales más rápidamente. La gran mayoría de los días estoy lejos de consumir el tiempo que puse como límite, y realmente he visto que no necesito llegar a ese punto, que puedo disfrutar con dosis más reducidas de redes sociales… así no me “entere de absolutamente todo”.

        El efecto que ha tenido en mi salud mental y mi conexión con el mundo ha sido espectacular. Siento que ahora tengo la oportunidad de manejar mejor mi tiempo, siento que se disminuye la sensación de comparación que muchas veces es inevitable viendo “la vida perfecta de los demás” en redes, y he caído en cuenta de que realmente no es importante saber absolutamente todo lo que está pasando en el mundo exterior (especialmente si somos conscientes de que muchas de las personas que solemos seguir en redes sociales ni siquiera son personas que conozcamos en la vida real). Siento que vivir nuestra vida conscientemente, nuestro presente, nuestra realidad, nos da la oportunidad de ser más conscientes de nuestras decisiones, de nuestras emociones y nos abre el espacio para ser más auténticos, sin preocuparnos del ruido que hay fuera.

        Más allá de la decisión que tomen sobre su consumo de redes sociales, les invito a hacer el ejercicio de concientizarnos sobre nuestro consumo de éstas con las implicaciones que tienen en nuestro día a día, ya que nos puede permitir reflexionar y tal vez cambiar algunos hábitos para vivir de una forma más conectada a nuestra realidad y nuestros seres queridos.

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        Caminatas de colores


        Querer vivir a consciencia, querer apreciar la vida y no dejarla pasar desapercibida, vivir en el presente.... ¿cuántas veces no hemos querido integrar actividades a nuestra rutina que nos mejoren nuestra calidad de vida?

        Hace poco me crucé con una actividad sencilla pero efectiva. Las caminatas de colores. La idea es elegir un color y durante nuestro recorrido fijarnos en encontrar tantas cosas de ese color como nos sea posible. Es una actividad que nos permite vivir en el presente, fijarnos en los pequeños detalles, percibir nuestro entorno con otros ojos, y, tal vez,  descubrir cosas de nuestro entorno que no habíamos visto antes.

        Se puede elegir el color bajo cualquier parámetro; sea nuestro color favorito, el color que nos inspire la emoción que estamos sintiendo en el momento, un color frecuente o completamente infrecuente en nuestro entorno, o cualquier otro parámetro que se nos ocurra. Podemos hasta ir variando el color a pesar de realizar el mismo camino... serán de todas formas experiencias diferentes al fijarnos en otra variedad de cosas.

        Practicar actividades como ésta nos permite extrapolar habilidades a nuestra cotidianidad, llevándonos a una vida con mayor gratitud y sentido de plenitud.

        Haré el ejercicio en diferentes días durante esta semana y les compartiré las fotos de misrecorridos (subiré las fotos a instagram). ¿Les gustaría ponerlo en práctica?

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        Mi 2024 fue "Propósito", este 2025 el título será "Maravillarse"

        Mi 2024 se título propósito, pues me puse como meta hacer todo con propósito, llenar mi vida de las cosas que me alegraban y así aprender a poner límites sanos a lo que no quería en mi vida. Fue un año transformador en muchos sentidos, siendo el más grande el nacimiento de mi hijo. El embarazo implicó la necesidad de ponerme como prioridad para poder cuidar bien de ese bebé que se estaba formando en mí; fluir con los cambios, síntomas y limitaciones que podía traer el proceso a medida que avanzaban los trimestres, pero también implicó ajustar mi trabajo, mis expectativas sobre cómo debería estar siendo mi especialización y nuevamente fluir con las situaciones según me lo fuera permitiendo la vida.

        Mi propósito se ha ido formando de a poquitos con diferentes aspectos que quiero que constituyan mi vida cotidiana. Y siento que eso fue una gran lección de este año. La vida es la que nosotros queramos construir, hacia dónde dirijamos nuestra energía y fluyamos. No vale la pena compararnos con la vida de los demás, pues el gran arcoiris de posibilidades que tenemos es tan infinito que no vale la pena sentirnos mal por no tener alguna pieza del rompecabezas del otro; porque pueda que esa pieza no la necesitemos en ese momento o incluso que nunca llegue a encajar en nuestro mosaico de vida.

        Ahora que ya nació mi hijo y cada vez crece más, es lindo ver lo maravilloso que puede ser el mundo cuando se experimenta todo por primera vez. Todos lo hemos vivido, tal vez fuera más frecuente de niños, pues había más cosas "nuevas" por descubrir.... pero, ¿qué tal si volvemos a ponernos las gafas de aprendices y volvemos a ver la vida con ojos de maravilla? Darnos la oportunidad de apreciar más los colores, sabores, paisajes, la música, en fin, todo aquello que nos rodea, nos permite apreciar todo lo que tenemos. Contar nuestras bendiciones nos permite multiplicarlas, pues como decía San Agustín, "la felicidad es seguir deseando lo que ya se posee".

        Así que quiero aprovechar la bendición que me dió el universo de poder re-vivir y re-experimentar la vida desde los ojos maravillados de mi hijo para también maravillarme con lo lindo que es el mundo que nos rodea.

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